Unidad de Odontopediatría | Cuevas Queipo Málaga

La principal preocupación de nuestra Unidad de Odontopediatría es el bienestar de los pequeños, y para conseguirlo es fundamental realizar revisiones periódicas y aplicar medidas preventivas.

"Diagnosticar y actuar a tiempo, con el tratamiento más efectivo a cada edad, es determinante para el correcto desarrollo del niño en crecimiento."

Dibujo del láser dental para peques


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Nuestra web para peques está pensada para que padres e hijos la visiten juntos. Sirve para establecer un primer contacto con la clínica y su equipo, y ayuda para que la visita al dentista sea una experiencia feliz e ilusionante.

Web para peques

La salud de los peques en buenas manos

La Unidad de Odontopediatría es una unidad médica especializada en la prevención y el tratamiento de problemas dentales en menores. Está formada por un equipo muy motivado en su formación continuada, especialmente en lo que se refiere a problemas de maxilares en desarrollo.


Dr. Alberto Cuevas Millán

Director médico
Responsable sanitario
Dr. en Medicina y Cirugía
Coleg MA-4801
Dr. en Odontología
Coleg MA-762

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La primera visita al dentista

Se recomienda que se visite al dentista cuando aparezca el primer diente temporal (de leche), al cumplirse el primer año de edad o como muy tarde antes de los dos años.

En esta primera visita, además de comprobar el estado de los dientes temporales, se explicarán técnicas de educación sobre higiene oral y recomendaciones dietéticas.

Conocemos la importancia de que los niños entiendan que acudir al odontopediatra es algo natural y necesario. Por ello, la primera visita es fundamental para crear una buena actitud hacia la salud bucal.

Conservar los dientes temporales es fundamental para el correcto desarrollo de los maxilares y, sobre todo, para la conservación del espacio en el que harán erupción los dientes permanentes. Generar en los niños el hábito de una correcta higiene bucal es brindarles la mejor fórmula para el mantenimiento de sus dientes durante toda su vida.

Nuestro equipo médico está altamente cualificado y muy motivado en el control y seguimiento de la evolución del crecimiento dental de los más pequeños. Si desde pequeños, los niños aprenden a que ir al dentista es algo natural y necesario, cuando crezcan y se formen como personas habrán adquirido un buen hábito que repercutirá favorablemente en su salud dental.

Limpieza de la boca

La salud dental de sus hijos en buenas manos
La limpieza de la boca debe realizarse desde que el niño nace. En principio no es necesario utilizar cepillo, pasta o hilo dental, con una simple gasa humedecida para limpiar las encías y crear el hábito de limpieza será suficiente.

Al salir los primeros dientes de leche o dientes temporales, se debe iniciar el cepillado (sin aplicar pasta dental). Estos primeros dientes son tan importantes como los dientes definitivos que saldrán después, porque las caries en los dientes de leche pueden debilitar también los dientes permanentes.

Los niños deberán aprender a cepillarse los dientes cuanto antes. Deben aprender la forma correcta de cepillarse como si fuera un juego, se trata de crear un hábito saludable y no de imponerles algo por lo que puedan sentir rechazo. La edad aproximada de inicio es a los 2 años, donde tras su propio cepillado, un adulto debe cepillarle de nuevo para asegurarse de que el aseo es el adecuado. No será hasta los 6 o 7 años cuando el niño pueda hacerlo totalmente solo.

Cepillado de dientes diario

Comprar un cepillo de acuerdo a su edad y tamaño de boca es primordial para lograr una buena limpieza.

El cepillado debe realizarse tras las principales comidas y sobre todo antes de ir a la cama. Cuando el niño aprenda a escupir se incorporará la pasta dental (no debe tragarse la pasta nunca). Por último se empezará a usar el hilo dental.

Dado que los niños aprenden por imitación, siempre será una buena lección que tus hijos vean como te cepillas los dientes y como usas el hilo dental para aprender con un buen ejemplo de hábito de aseo.

Revisión periódica

Se debe visitar al dentista periódicamente. Acostumbrando al niño a las revisiones dentales  se evitará su ansiedad y temor a lo desconocido. Además, el dentista podrá detectar cualquier problema en su etapa inicial por lo que la solución será más sencilla y menos traumática.

Miedo al dentista

El nerviosismo ante lo desconocido y el mal recuerdo ante un tratamiento previo puede generar en los niños el famoso miedo al dentista, un miedo que puede convertir la visita al dentista en una verdadera pesadilla. Un niño tiene miedo al dentista suele manifestar alguno de los siguientes síntomas:

  • Llorar al llegar al gabinete dental
  • Esconderse detrás de sus mayores
  • Hacer movimientos bruscos para impedir que el dentista lo examine
  • Enfermar antes de la consulta

En la primera sesión el dentista examinará todos los dientes y muelas del niño, revisando su dureza, color, tonalidad, si presenta manchas, caries o algún otro problema. Dependiendo del diagnóstico puede que se haga necesaria una limpieza dental o un empaste, en estos casos todo suele transcurrir sin mayor complicación. El problema puede ocurrir cuando el niño debe ser sometido a un tratamiento dental más laborioso o traumático, como puede ser la extracción de un diente.

La mejor forma de prevenir el miedo es llevar al pequeño al dentista desde que le salen los primeros dientes, de forma que se familiarice con el ambiente del consultorio y el dentista. Las revisiones deben ser periódicas, porque además de familiarizar al niño con el equipo, se vigila su salud dental, evitando que caries o picaduras evolucionen hasta el punto en que requieran de tratamientos o extracción de dientes. En caso de presentar algún problema de caries, será tan fácil de resolver que el pequeño no sentirá ninguna molestia. Además, se debe mantener una higiene dental adecuada, cepillando los dientes tras cada comida y sobretodo por la noche antes de dormir.

Algunos consejos

Antes de la primera consulta, lleve al niño a la clínica para que vaya conociendo el ambiente y el instrumental que esta a la vista. Elija un dentista acostumbrado a niños.

Cuando usted necesite ser revisado por el dentista o realizarse un tratamiento corto, lleve al niño para que le acompañe, así podrá ver que usted no se asusta ni se queja, lo cual demostrará que no es algo malo. Por su parte, el dentista puede ir relatando en lenguaje fácil lo que está haciendo, evitando palabras como hincar, cortar, sangrar… y todo lo que pueda producir temor.

Transmitir al niño confianza y seguridad en todo momento, si fuera necesario en vez que el niño se recueste en el sillón del dentista usted puede sentarse en el sillón con el niño en su regazo en esta primera experiencia.

Evite hacer comentarios negativos sobre el dentista delante de su hijo, ya que los escucharán y los interiorizarán. De ninguna manera utilice la visita al dentista como castigo o amenaza. Tampoco diga a su hijo «no te va a doler», porque estará asumiendo esa posibilidad.

Dígale en positivo lo importante que es ir al dentista y lo simpáticos que son todos allí.

Visite con su hijo/a nuestra web para peques, le ayudará a entender muchas de las cosas que ocurren en la clínica de una forma sencilla.

En los casos de pacientes ansiosos o miedosos se utiliza la sedación consciente, un tipo de sedación que mantiene al paciente despierto y relajado. Se trata de un gas que tiene la propiedad de mantener al paciente en un estado de relajación, ideal para casos de tratamientos dentales largos, patologías severas, pacientes con mucho miedo, personas con discapacidades físicas…

La sedación consciente ayuda a evitar las molestias de los tratamientos y permite una recuperación rápida y sin reacciones adversas. Tras su efecto no se recuerda bien el proceso dental por el cual se ha pasado. En Odontopediatría la sedación sirve para reducir el miedo y las molestias del tratamiento, frenando de paso la fobia dental y la ansiedad.

Para los casos más problemáticos en los que no conseguimos motivación ni colaboración por parte del paciente, contamos con la anestesia general. Estos casos suelen darse en menores de 10 años con multitud de caries que necesitan muchas citas, pacientes con discapacidad psíquica imposibles de tratar en el sillón odontológico o niños con un miedo intratable (a veces son niños pequeñitos a los que, por su edad, no se les puede explicar qué va a pasar). Entendemos que como padres es una gran responsabilidad decidir por ellos si un tratamiento se hará bajo anestesia general. Nuestra labor en todo caso es informar bien de todo el procedimiento.

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